Al contrario, una persona que es capaz de pensar antes de responder, que conoce sus emociones y entiende sus impulsos, y que es capaz de expresarlos sin reprimirlos pero sin afectar a los que le rodean, es una persona con alta inteligencia emocional.
Poder entender las emociones de los demás y saber cómo manejar sus reacciones también es parte de la inteligencia emocional.
Según Goleman, uno de los primeros en estructurar el concepto en algo práctico de entender y usar, la inteligencia emocional consiste de cinco capacidades básicas:
- descubrir las emociones y sentimientos propios,
- reconocerlos,
- manejarlos,
- crear una motivación propia y
- gestionar las relaciones personales.
Un persona con buena inteligencia emocional se reconoce cuando sucede:
• Que quienes le rodean se sientan a gusto con él.
• Que al estar a su lado no experimenten ningún tipo de sensación negativa.
• Que confíen en él cuando necesiten algún consejo tanto a nivel personal como profesional.